Al cuerpo no le sienta nada bien despertarse bruscamente cada mañana para ir al trabajo, pero no hay más remedio. La industria relojera ha ideado unos despertadores contra los que no valen ni los golpes ni esconderlos. Algunos suenan y luego se escapan para que no los apagues. Todos se venden por Internet.

El canto del gallo era el despertador de la familia, pero ahora los tiempos han cambiado y ese «ki qui ri ki» suena diferente. Lo último son los despertadores motorizados y con ruedas, que no dejarán de sonar hasta que lo atrapes.

Alarmas para todos los gustos, despertares bucólicos, o también ataques antiaéreos de despertadores que no paran hasta que llegas a cazar una de sus piezas que sale volando por la habitación.

Otros están diseñados con muy mala idea, que llegan a extorsionar porque sólo se callan por dinero. Los hay silenciosos pero que logran levantar de la cama hasta al más dormilón, como un enrollador automático que te roba las sábanas. Los hay que se cuelgan en el techo y hacen muy bien su trabajo hasta que consigues atraparlos.

En fin, despertadores para todos los gustos: «el anémona», con mil botones donde apagarse, «el gallina pone huevos» o «el puzzle» entre otros.

Aquí podéis ver dos videos de estas ricuras:

Fuente: Noticia en Antena3.com

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